viernes, 29 de marzo de 2013

VÍACRUCIS EN EL AÑO DE LA FE


1ª estación: Jesús entregado a muerte
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Nos unimos, Señor, a tu entrega. Somos conscientes de que, la nuestra, no siempre es universal y muchas veces limitada. Nuestros compromisos, en muchos casos, son puntuales pero no constantes; fogosos pero poco consistentes. A veces duran menos que un suspiro y otros cesan cuando brotan las primeras contradicciones.
Te damos gracias, Señor, porque nuestro hacer, como en la vida de Javier, está fundamentado en la fe firme en tu resurrección. Ayúdanos a entregarnos con más decisión, valor y coraje en este Año Santo de la Fe.
¿Por qué tantos jóvenes sin brillo de vida en sus ojos y encerrados en sí mismos?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

2ª estación: Jesús con la cruz camino del calvario
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Nos quejamos frecuentemente de las dificultades pero, en cambio, solemos ser poco agradecidos con tantos regalos que recibimos.

Nos asustan, Señor, las cruces: la cruz de la enfermedad o del rechazo social; la cruz de la soledad, la crisis espiritual y moral o la cruz del fracaso. El mundo, Jesús, intenta eliminar la cruz, diseñar una fisonomía cultural sin aquello que ha sido y sigue siendo el signo por excelencia del amor y de la pasión por conquistar y renovar a toda la humanidad. ¿Nos dejas, Señor, acompañarte cargando y soportando un poco el peso de tu cruz?
¿Estamos dispuestos a tomar la cruz del Señor con el mismo ímpetu de San Francisco Javier?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

3ª estación: Cae Jesús en tierra por primera vez
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Caen muchos edificios, se tambalean algunos cimientos de la sociedad de hoy. Vivimos, en más de una ocasión, sometidos a unos dictados que nos alejan de los auténticos valores que nos ofrece el evangelio. ¿Somos más felices así? ¿Por qué tanto desencanto? ¿Por qué los jóvenes de hoy, teniendo tanto, siguen vagando, cayendo, buscando, errando….y a veces confundidos sin saber por qué ni cómo?
Ayúdanos, Jesús, a estar arraigados en ti. Tú nos darás la fortaleza, nuestras ansias de vivir en la multitud de caídas diarias. Ayúdanos, como a Javier, a poner nuestros ojos en Ti.
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

4ª estación: Jesús se encuentra con su Madre
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Sólo por amor y desde el amor entendemos la entrega apasionada y colosal de Jesús. “Dime lo qué harás por mí y te diré lo qué me quieres” dice un viejo proverbio.
María, se detiene para contemplar, animar y penetrar con su mirada a Aquel que un día lo recibió en sus brazos en el silencio de Belén.
El amor lo trajo silenciosamente en una noche estrellada y, hoy, de nuevo el amor lo arrastra, lo empuja fuera del seno y protección de una Madre para que culmine por amor, su aventura en una cruz.
Gracias, María: dos amores se cruzan en nuestro camino del día a día: el amor de Cristo y tu amor de Madre. Los dos, Cristo y María, se cruzaron en el corazón de Javier.
¿Qué papel desempeña María en nuestro conocimiento y encuentro con Jesús en este Año de la Fe?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

5ª estación: Jesús es ayudado por el Cirineo a llevar la cruz
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Cristo nos necesita. Pudiéndolo hacer todo…nos da una oportunidad: en su cruz hay un hueco para cada uno de sus amigos. Lo que no hagamos ¿quién lo hará por nosotros?
Cirineo no es quien lleva a disgusto y a la fuerza las cargas y las dificultades de los demás. Cirineo es aquel que sabe mirar por encima de sí mismo y ser solidario con tantas personas y situaciones que reclaman nuestra presencia como cristianos.
Como el buen samaritano tenemos que abrir nuestros ojos a la realidad que nos acecha. Existen muchas situaciones que podemos mejorar. ¿Desde dónde? Desde nuestra seguridad en Jesús: Él es nuestra roca de Javier fue Cristo y, desde Él, supo surcar montañas, ríos, mares y continentes.
¿Procuramos aliviar sufrimientos? ¿Somos conscientes, como nos decía el Papa Benedicto XVI no hace mucho tiempo, que la caridad es la consecuencia de la fe?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

6ªestación: la Verónica enjuga el rostro a Jesús
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Ojala, Señor, fuésemos tu rostro ante el mundo.
Existen, Jesús, multitud de imágenes en nuestro mundo que nos conmueven y que nos hacen pensar que “algo no funciona bien hoy y aquí” cuando, tantas personas, reclaman atención, delicadeza o dignidad.
Que también nosotros, como la Verónica, descubramos tu rostro en nuestras fatigas y noches oscuras, en los acontecimientos en los que aparentemente nos encontremos derrotados o fracasados.
¿Limpiamos el rostro de la Iglesia con nuestro compromiso firme y recio? ¿Damos la cara por ella? ¿Somos valientes como Javier para amarla y defenderla con conocimiento de la fe que profesamos?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

7ª estación: Jesús cae en tierra por segunda vez
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Caemos en el pesimismo y Tú nos dices: “Yo soy la fuente de agua viva”
Nos desplomamos en la desesperanza y Tú nos recuerdas: “Yo soy el Camino”
Nos sumergimos en la mentira y Tú nos señalas: “Yo soy la Verdad”
Nos confundimos en la oscuridad y Tú nos apuntas: “Yo soy la Luz”
Tú, Señor, no quieres héroes debajo de la cruz. No quieres seguidores arrastrados por el suelo. Pero deseas que, llegando esas situaciones de caídas y tropezones, sepamos alargar nuestra mano –como Tú lo hiciste con la tuya- ante tantos amigos y hermanos nuestros que viven arrojados en la infelicidad, en el peso de una vida insoportable.
¿Somos fuertes en los momentos de dificultades? ¿Nos agarramos al poder de la oración como Javier lo hizo en las horas de extrema dificultad o gratitud?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

8ª estación: Jesús habla a las mujeres de Jerusalén
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
¡No lloréis! Nos dice el Señor. Nos cuesta expresar nuestros sentimientos más sensibles. Parece como si el mundo escondiera esa faceta del ser humano: ser compasivo.
Jesús, camino de la cruz, vuelve los ojos hacia unas mujeres. Hoy, de nuevo, los gira hacia nosotros. ¿Qué buscáis? ¿Qué habláis? ¿Qué deseáis?
En el fondo estamos tan metidos en la espiral de las prisas y de lo artificial, que nos hallamos aturdidos y desconcertados por la charlatanería y palabrería de nuestro mundo, por promesas que son falsas propuestas. No es que lloremos, Jesús, es que no sabemos ya ni porque llorar. ¡Son tantos los motivos tristes que sacuden las entrañas de nuestro vivir cotidiano!
¿Expresamos nuestros sentimientos de alegría o de solidaridad? ¿Somos hombres y mujeres de palabra o también de obra?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

9ª estación: Jesús cae en tierra por tercera vez
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Tres veces fuiste tentado por el maligno en el desierto; tres veces fuiste negado por Pedro; tres veces has caído, Señor, siendo zarandeado por la humanidad a la que –con el peso de tu cruz- quieres salvar.
Tres días, Señor, caerás hasta el fondo del sepulcro. Pero, de esa oscuridad, y al tercer día resucitarás. Has caído Señor porque sabes que las caídas no son lo fundamental. Que lo esencial son las alzadas, los ojos que miran por encima del madero buscando respuestas en la eternidad, en un Dios que –viéndote humillado como ya te contempló en Belén- saldrá fiador en tu rescate final.
¿Defendemos nuestros ideales cristianos aunque, ello, nos traigan incomprensiones?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

10ª estación: Jesús es despojado de sus vestidos
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Nos preocupa la buena imagen. A veces podemos llegar a pensar que estamos en el mundo de Alicia en el país de las maravillas. Y, la realidad, no es esa.
El hombre se enfrenta a su propia desnudez. Hemos desnudado a su vida, del valor supremo de la vida. Hemos arrancado, su bienestar, con excusas del todo vale a costa de lo que sea. Hemos descalzado su felicidad, con escaparates artificiales y al alcance de cualquier edad. Hemos desabrigado el cuerpo de la humanidad, disfrazándolo con trajes de plástico y de quita y pon.
Pidamos al Señor que nadie nos arranque la túnica del “sí” a la vida. Del “sí” a la familia. Del “sí” a la cruz y a Dios. Del “sí” a los valores eternos que son fuente de seguridad y de paz.
¿Revestimos o desnudamos con los valores del evangelio los lugares donde nos encontramos en el día a día? ¿Intentamos, como Javier, revestir lo que hablamos y tocamos con el color de la vida cristiana?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

11ª estación: Jesús es clavado en la cruz
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Mirando a la cruz, mirando a Cristo, parece como si fuera condenado por el mundo y por el mismo Dios.
En la cruz, amigos, no es clavado Jesús: es clavado también el Hijo de Dios. Y, en esa cruz, Jesús firma la última página de su vida escrita con las letras de la fidelidad, misión cumplida y entrega confiada al Padre.
No estamos acostumbrados a ser clavados por nuestros ideales. Preferimos renunciar a ellos antes que ser atacados o señalados por defenderlos. Pero, un día, también el Señor nos preguntará sobre nuestra valentía. Si fuimos capaces de soportar algún clavo que otro por causa de nuestra fe.
¿Somos valientes y entusiastas por la causa del Evangelio? ¿Lo silenciamos o lo proclamamos con nuestra vida?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

12ª estación: Jesús muere en la cruz
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Nos asustan las soledades en los momentos más decisivos de nuestra vida. En aquellos instantes en los que, una voz amiga, la hubiéramos deseado más que nada en el mundo.
Jesús confía: “Dios mío, Dios mío….” Por encima del desgarro que producen los clavos, está un corazón que permanece en íntegra comunión con el Padre.
Muere Jesús en la cruz, pero con su muerte, morirán muchas cosas viejas y nacerán otras nuevas. En el Año de la Fe como el oficial romano, pagano, al pie de la cruz hacemos acto de fe: “Este es el Hijo de Dios”.
En la cruz, no yace Jesús, asistimos a la ruina de la muerte y al nacimiento de la resurrección.
¿Sabéis qué es lo que vio y miró Javier en su último instante de su existencia en la tierra? ¡Así es! ¡Miró y cerró los ojos confiando en el mensaje de la cruz!
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

13ª estación: Jesús en los brazos de la Virgen María
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
En esta estación, aunque no lo dicen los evangelios, nuestra tradición cristiana ha querido poner a la Virgen con sus brazos abiertos estrechando el cuerpo de Jesús muerto por el sufrimiento, el dolor y la muerte.
Son manos, las de la Virgen, las que agarrándose al madero se abrían hacia el cielo esperando respuestas; sin reproches pero esperando de Dios….la última palabra.
Son manos, las de la Virgen, las que mirándose a sí mismas recordaban que 33 años atrás por primera vez se habían estremecido al acoger a un Niño que hoy, siendo joven, se ha ofrecido de nuevo y por amor en el pesebre de la cruz.
Son manos, las de la Virgen, las que buscando el pecho de María saben que no pueden hacer otra cosa sino orar, guardar silencio y confiar en Aquel que, Jesús, antes de cerrar los ojos exclamó: “En tus manos Padre encomiendo mi espíritu”.
¿Ponemos nuestros proyectos e ilusiones en los brazos de la Virgen María?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

14ª estación: Jesús es puesto en el sepulcro
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Nuestra fe no está cimentada en una sepultura. Es en el triunfo sobre la muerte, por la resurrección de Jesús, donde nuestra fe tiene el color de la esperanza y el brillo de la eternidad.
Jesús nos dijo en más de una ocasión que, para vivir, hay que saber morir.
En cuántos momentos, cuando comprobamos que nuestros esfuerzos no son recompensados, nos echamos atrás por nuestra desazón o cansancio.
El Señor, al descender a la noche oscura de la muerte, nos invita a no perder la esperanza. A esperarle cuando, de nuevo, se levante en vida por siempre y para siempre.
¿Somos personas con esperanza? ¿Somos conscientes de que Dios recompensará nuestra siembra por un mundo mejor con la misma confianza que profesó San Francisco Javier?
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

15ª estación: la Resurrección de Cristo
Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE
Descansa, Señor; descansa unas horas. Para que, después de unas horas y al tercer día, sepamos descubrir que en el sepulcro vacío, está la verdad de todo lo que nos indicaste y recordaste estando con vida.
Descansa, Señor; descansa por unas horas. Y cuando las tinieblas parezcan tener la palabra definitiva, entonces Tú, Señor, saldrás victorioso del sepulcro para decirnos que la muerte ya sido vencida.
Te bendecimos, Señor, más que nunca en este Año de la Fe....porque sabemos que estás vivo.

¡Gracias, Señor, por tanta vida!
¡Gracias, Señor, por el don de la fe!
¡Gracias, Señor, por tu pasión y tu entrega!
¡Gracias, Señor, por tu amor y tu perdón!
¡Gracias, Señor, por tu cruz y por tus palabras!
¡Gracias, Señor, por llevarnos a Dios!
¡Gracias, Señor, por tu transfusión de vida!
¡Gracias, Señor, por redimir a la humanidad caída!
¡Gracias, Señor, por tu salvación!

Respuesta: CREO, SEÑOR, PERO AUMENTA MI FE

Por Javier Leoz

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